lunes, 9 de agosto de 2010

Extracto No. 9: "Bajo la lupa en La Esmeraldera".

Extracto No. 9: "Bajo la lupa en La Esmeraldera".

¿Qué pasa cuando un hombre reservado se enamora de una paparazzi? ¿O cuando una periodista que trabaja como paparazzi se enamora de un experto en reconocer gemas preciosas auténticas? Pues eso fue lo que le sucedió a Laura y a César. Ambos al conocerse, conocieron también la verdad de sí mismo y del otro. Pero no siempre es fácil, menos para César, un hombre reservado, con muchas heridas guardadas en su alma; pero es el amor de Laura, lo que comienza a iluminar su vida, como es el amor de César hacia Laura, lo que hará de ella la mujer que ustedes conocerán. Por lo pronto, mientras comienza la cuenta regresiva hacia la novela "Tentación, Color Esmeralda", pueden leer un extracto que toma lugar en otro lugar importante en la trama: La Hacienda La Esmeraldera.
Que lo disfruten,

Melissa G.

Extracto No. 9: "Bajo la lupa en La Esmeraldera".


Zona esmeraldífera. Entrada de la hacienda La Esmeraldera.


Laura trata de calmar a César frente a la señora Elena Morris, en "La Esmeraldera".


-César: ¡De qué estaban hablando, de qué!


-Laura: César, no es para que te pongas así, yo nada más le estaba diciendo a la señora Elena que tú.......


-César: Que yo qué.........


-Laura: Que tú, que tú.........¡Ay, ya César, yo le tengo es pánico a las mentiras! Lo que pasa es que por estar averiguando lo de la familia Escalante, pues salió el tema de tu primera esposa.............


César dice con cierto enojo.


-César: ¡Lo sabía, lo sabía, yo sabía que usted, señora Elena, podía haberle contado esa historia a Laura!


-Elena: César, no es para que te enojes, el tema salió por casualidades de la vida.


-César: ¡Casualidades!


-Laura: Yo le pregunté a la señora Elena, César; porque Mónica un día me sugirió que averiguara sobre ese primer matrimonio que tuviste, eso es todo.


-César: ¡Y para qué querías averiguar sobre eso!


-Laura: Porque es algo normal, es algo lógico, es algo propio de la naturaleza humana.


-Elena: César, no tomes las cosas a mal. Sé que esa historia es difícil, pero lo que le conté a Laura, fue la verdad; y la verdad es que tú no tienes nada por qué sentirte abochornado.


-César: Pero lo que sucede es que esa historia es parte de mi pasado, un pasado que de vez en cuando, a alguien le gusta recordármelo. Cuando me di cuenta que Laura le había confiado lo nuestro; me temí que usted hubiera cometido la imprudencia de contárselo, veo que no me equivoqué, señora Elena.


-Elena: Ésa no fue mi intención, lo que sucede es que.....


-Laura: ¡Es que nada, Doña Elena, usted no tiene nada por qué disculparse! ¡Tú, César, estás comportándote como un ridículo!


-César: ¡Ridículo, llamas ridículo a querer que no usen mi vida como tema de conversación!


-Laura: ¡Y quién lo usó! ¡Yo, bobo, yo; la mujer que dices amar y que es mejor que sepa esta historia por un buen medio antes que alguien como tu hermano Ernesto me la contara!


-César: Pero de todos modos, yo no quería que tú te enteraras.


Continuará......

jueves, 10 de junio de 2010

Extracto No. 8: Confesiones sobre Celeste.

Extracto No. 8: Confesiones sobre Celeste.

Celeste es una ficha importante en la trama de la novela “Tentación, Color Esmeralda”. Un personaje del pasado de César con quien él vuelve a encontrarse, pero la verdad que ella guarda, es como una esmeralda que debe encontrar en medio de un túnel oscuro de una mina. Es bajo la noche en la ciudad, cuando César comienza a indagar. A continuación, otro extracto de la novela.

Que lo disfruten,

Melissa G.
Panamá, Panamá.






Extracto No. 8: Confesiones sobre Celeste.

Noche en la ciudad-Calles de la Capital.

Manejando el auto de Laura en dirección al apartamento de Daniel, César le dice a Raúl lo siguiente.

-César: Señor Márquez, quiero aprovechar esta oportunidad que hemos coincidido para hacerle una pregunta.

-Raúl: Usted dirá, señor Rosales......

-César: Supe lo sucedido el fin de semana con Celeste Valenzuela. Ya entiendo el porqué de su presencia y la de su amigo Daniel en la hacienda La Esmeraldera, propiedad de Doña Elena viuda de Morris.

-Raúl: ¿Ya habló con Celeste?

-César: No, no he hablado con ella, aunque sé que se está alojando precisamente en el lugar donde nos dirigimos, el apartamento de su amigo Daniel. Amanda y Simona decidieron contarme todo, por la gravedad del asunto y por la llegada de los padres de Celeste al país.

-Raúl: Señor Rosales, quiero decirle que si bien es cierto que ayudé a Celeste, el que no le hayamos dicho Daniel y yo lo ocurrido, responde a una petición que ella personalmente nos hizo. No soy nadie para faltar a ese pedido, pero también soy consciente de las consecuencias que se pueden dar al ocultar algo.

-César: Sé que usted está en medio de una situación inesperada, ni conocía a Celeste y terminó ayudándola. También me queda claro que usted no tiene por qué tener algún tipo de compromiso de amistad o de compañerismo conmigo, como lo tuvo Amanda al decirme la verdad; pero ya que menciona las posibles consecuencias que se dan al ocultar algo, quiero apelar a su sensatez para que me diga las razones por las que Celeste tiene tanto miedo.

-Raúl: Francamente, no puedo darle las razones que busca, señor Rosales.

-César: ¿Y eso por qué es así, porque no las sabe, o porque no las puede decir?

-Raúl: La última opción, señor Rosales: Porque no puedo decirlas.

-César: Entonces Celeste se sinceró con usted y con Daniel sobre sus temores.....

-Raúl: Sí, así fue.

-César: Veo que está en medio de un compromiso de guardar silencio, por pedido de Celeste, claro está. Entiendo la situación, pero debe saber que sólo pretendo ayudarla. Necesito hablar con ella.

-Raúl: Quien sabe más de las decisiones de Celeste es Daniel y hasta donde tengo entendido, él ahora mismo ni siquiera sabe dónde ella está.

-César: ¡Pero esto es muy grave, entonces!

-Raúl: Puede que sí, puede que no. Si bien es cierto que Celeste ha estado desaparecida, cautiva y hasta desconectada del mundo; también es cierto que primero: Nadie sabe de su conexión con Daniel, y segundo: Ella pudo muy bien salir a dar una vuelta, a comprar algo, a tomar aire. Si quiere mi opinión, lo que más necesita Celeste es tener una vida normal. Ella me da la impresión que ha vivido por tanto tiempo huyendo de algo, que ahora necesita ser una persona común y corriente. Pero no se preocupe, voy a llamar a la casa de Daniel y le preguntaré si sabe algo de Celeste......

Raúl toma su celular y se dispone a hacer una llamada.

CONTINUARÁ......

viernes, 9 de abril de 2010

Extracto No. 7: “El vacío del millonario”.



Extracto No. 7: “El vacío del millonario”.

Fabriciano Rosales hoy es un hombre de dinero, poder y esmeraldas, pero irónicamente no ha dejado del todo su ex condición de minero. Los métodos que ha usado para escalar posiciones lo tienen atrapado en un túnel todavía, aparentemente sin salida gracias a su soberbia. Sólo una valiente: Simona, la ama de llaves de su hacienda y su amiga desde la infancia, se atreve a hablarle con la verdad. A continuación, un extracto de una conversación reveladora entre ellos.

Melissa G.

Autora de la novela "Tentación, Color Esmeralda".

Panamá, Panamá,

Extracto No. 7: “El vacío del millonario”.


-Fabriciano: Siéntate, Simona.

-Simona: Desea hablar conmigo como el patrón de la hacienda o como el amigo de toda la vida......

-Fabriciano: Como el amigo de toda la vida.

-Simona: Tú dirás, entonces, Fabriciano. De qué parte del pasado me quieres hablar.

-Fabriciano: Siempre le pregunto a Juan estas vainas, pero quiero saber si has tenido algún contacto con Laura.

-Simona: Mi amistad con Laura se perdió hace muchos años, sobre todo por permancer aquí. Lo mejor que ella pudo hacer es haberse ido de la región y no regresar.

-Fabriciano: Simona, quiero ir a verla, necesito ver a Laura.

-Simona: Fabriciano, qué ociosidad de tu parte, tienes tantas cosas que poner en su sitio producto de los errores de tu pasado; y lo único que te sientes urgido en hacer es buscar a una mujer que ya no se debe acordar de ti.

-Fabriciano: No me basta con saber lo que me cuenta Juan a través de su esposa, necesito verla con mis propios ojos, aunque sea oír su voz.

-Simona: ¿Qué esperas encontrar, a la misma chiquilla que adoraba a ese minero de cabellos rubios y ojos azules? No, Fabriciano, el tiempo no pasa por gusto, ya Laura es una mujer como de mi edad, que habrá tenido que luchar mucho por sacar adelante su vida después de tanto dolor. Dale gracias a Dios que no le guardó resentimiento a Juan, él no le hizo nada directamente, pero era tu amigo; de haber sido lo contrario, nunca hubieras tenido noticias de ella aunque sea a través de la esposa de él.

-Fabriciano: No me basta con que sepa dónde vive o que la esposa de Juan la vea de vez en cuando cada oportunidad que viaja a la costa. ¡Yo necesito verla!

-Simona: El remordimiento no sirve de nada, sin el arrepentimiento, Fabrciano. Tú construiste tu montaña de errores, desde el primer momento en que cambiaste al amor de tu vida, por la tentación del dinero y del poder. De ahí, muchas cosas feas sucedieron y te has pasado media vida olvidándote de ellas, poniendo la carga de tus errores sobre la gente que te quiere: Sobre Juan, sobre mí, sobre Nidia, porque ella aunque te odia, nunca te ha dejado de amar; la carga está hasta sobre tu hijo César, también sobre él está el peso de tu pasado.

-Fabriciano: No hables locuras, Simona.

-Simona: Locuras no; sensatez, honestidad, franqueza. Cosas que aliviarían tu angustia. Pero nada mejor sería si fueras humilde ante Dios y los hombres de reconocer quién fuiste, qué hiciste, Fabriciano.

--Fabriciano: ¡Ya lo hecho, hecho está!

-Simona: No, Fabriciano, tú te podrás haber salido con la tuya en muchas cosas, pero de Dios Todopoderoso nadie se burla. Una vez le dije a tu hijo, que el principio de la sabiduría, es el temor de Dios. (Proverbio 1, 7). Tú, Fabriciano Rosales, has jugado a ser el dios de la vida de mucha gente, has hecho y deshecho a diestra y siniestra; te has olvidado que Dios sólo hay uno y ése no eres tú.

-Fabriciano: Yo no estoy para escuchar tus vainas de Dios, eso déjalo para los locos, los desocupados, los que quieren ser santos. A mí no me interesa nada de esas pendejadas.

-Simona: Fabriciano, amigo mío, cómo será la manera en que rindas cuentas aquí en la tierra, quién será esa persona que te hará tragar tu soberbia. Ahora, con su permiso, Don Fabriciano; me retiro.

Continuará....

miércoles, 17 de febrero de 2010

Extracto No. 6: “Antes del amor, el encuentro”.




















Extracto No. 6: “Antes del amor, el encuentro”.

Para Laura y César, antes de darse la historia de amor, tiene que darse lo más importante: “El encuentro”. La mejor manera para ir conociendo y entendiendo mejor esta historia, es leyendo un extracto directo de los primeros capítulos de la trama, cuando Laura y César se encuentran. El encuentro entre ellos dos, es toda una historia.

Que disfruten este extracto de la novela,

Melissa Guardia.
Autora de la novela: “Tentación, Color Esmeralda”.


Extracto No. 6: “Antes del amor, el encuentro”.

Al ver a la joven periodista caminar con sus compañeras y pasar cerca de su elegante carro con vidrios oscuros, César abrió la puerta y salió al encuentro de su víctima, no sin antes decirle a Gutiérrez que se quedara en el auto.


César: Gutiérrez, quédate en el auto, yo me entiendo con la señorita periodista. (César, saliendo del carro dice). Laura Gómez, ¿puedo hablar contigo?

Las tres mujeres frenaron en su paso ante la figura de César. Laura controló sus nervios y dijo:

Laura: Yo no hablo con desconocidos.

Rosa y Mónica temblaban. César ya no le hablaba de usted y su tono llevaba desenfado.

César: Pero si tú y yo nos conocemos....

Laura: En mi vida lo había visto antes.

César: Qué raro, últimamente mi rostro ha salido mucho en los medios.

Laura: Sí, ¿por qué será?
César: No soy hombre de los medios, pero mi prometida sí y nuestra boda la han mencionado mucho.

Laura: No sé quién es su prometida.
César: Mercedes De las Casas.

Laura: Sí, a ella la he visto en fotos, pero no a usted. Ella es la famosa, usted no...

César: Laura, no tengo tiempo que perder y no sé si ya has cometido el error que no debes hacer, por lo que... vamos al grano.

Laura: ¿Qué error puedo cometer que usted conozca?

César: Puede ser por algo que es mío, pero tú lo tienes. ¿Por qué no hablamos a solas?

Laura: Porque no lo conozco, por eso.

Mónica ante el desafiante César, dijo:

Mónica: Lauris, nosotras nos ponemos por aquí cerca para que te entiendas con el señor con la privacidad necesaria.

Rosa: Sí, pero estamos aquí mismo por cualquier cosa.

Mónica y Rosa se hacen a un lado. Laura prosigue su conversación con César.

Laura: Bien, ¿qué es lo que quiere?

César: Lo que tienes que es mío, para darte lo que perdiste.

Laura: Yo no he perdido nada y menos algo que un desconocido pueda tener.

César: Yo si creo que es tuyo, porque no olvido ningún rostro aunque parece que tú sí.

Laura: Me habrá visto en otra vida, pero yo no creo en la reencarnación; así que no puedo ayudarlo. Buenas noches...

César: Te equivocas, yo soy el que te puede ayudar a no tener problemas.

Laura: Yo no estoy en problemas, ¿no será que usted sí?

César empezaba a cansarse.

César: Tienes razón Laura, tengo un problema. Poseo en mis manos algo que no es mío, pero parece que no es tuyo; por lo que tendré que decirle a varias personas que estarían interesadas en aquello que pensaba que era de tu propiedad, que no busquen a LAURA GÓMEZ DEL CANAL 52, DEPARTAMENTO DE SOCIALES Y ESPECTÁCULOS DEL NOTICIERO DE DICHO CANAL TELEVISIVO, como dueña de lo que encontré.
Gracias, de todos modos, así puedo decirles a varios diputados, ministros, algunas modelos y uno que otro actor que no te busquen a ti; que tú no eres el fantasma del “Pantallazo”.

Las indirectas de César, fueron un golpe bajo para Laura.

Laura (en su pensamiento): “Una cosa es tener un enemigo, pero no a todos aquellos a quien he desenmascarado, el equipo legal del canal 52 no va a estar a mi disposición”.


Laura: ¿ Y cómo qué será eso que usted cree que es mío?.

César: No sé si pueda decírtelo, pues no he visto lo que tienes en tus manos. Voy a tener que consultarlo con los diputados, ministros, modelos y actores que de alguna manera se han relacionado con esa persona con quien te confundí. Pero te repito que voy a ser enfático que TÚ, LAURA GÓMEZ , DE ESTATURA MEDIANA, CABELLO CASTAÑO, OJOS NEGROS, DE UNOS 25 A 30 AÑOS, REPORTERA DEL CANAL 52; NO LE HAS CAUSADO DAÑO ALGUNO.

Laura: Bueno,....puede ser que lo que tengo en mis manos no sea tan dañino para usted; ¿no sé si ese dato le sirva....?

César: Ahora nos estamos entendiendo mejor, pero necesito ver eso que tienes para no ir a hablar ahora mismo con uno de los ministros que quisieran conocerte, Echeverría específicamente, para advertirle que no fuiste tú la que tomó algo suyo.

Laura (en su mente): La última nota que salió al aire del ministro con la menor de edad estaba en la cámara, voy a tener que negociar.

Laura: No tengo aquí lo que le interesa, pero puedo decirle que eso que quiere ver, no va a salir al aire, ni hoy, ni mañana.

César: ¿Y cómo podría estar seguro?

Laura: Porque ese ministro que menciona pidió la cabeza de la persona con quien me confundió.

César: Laura, habla claro. Hora, lugar para intercambiar propiedades, ahora sería mejor para no tener que pasar por la casa de ese ministro, tan amigo mío.

Laura: Ahora no puedo y no miento porque no me conviene. Mañana al mediodía, palabra de honor...

César: Muy tarde, tiene que ser a eso de las seis de la mañana. Salgo de viaje y como comprenderás tengo que resolver esto rápido y con la mayor legalidad posible.

Laura: ¡Seis de la mañana!, ¿usted no duerme?
César: No hasta que se me olvide su rostro. La paso a buscar fuera del canal 52 y si no llega paso por la casa del ministro a dejarle un recado con sus datos....

Laura: Y si usted no llega con lo que es mío, todo el país verá lo que cree que yo tengo...., incluyendo una muy famosa ex reina de belleza.

César con ojos fulminantes contestó:

César: Tiene mi palabra.

Laura: ¿Y será confiable?

César: Buenas noches, Laura Gómez.

Continuará.....