Extracto No. 4: LAURA HOLMES.
Uno de los detalles que me gustan de la trama de la novela “Tentación, Color Esmeralda”, es la amistad entre la protagonista Laura Gómez y la señora Elena viuda de Morris, casada con el socio inglés del abuelo del protagonista: Don Nicanor De la Vega. Laura en la vida de Doña Elena, se permite demostrar su faceta detectivesca, lo cual siempre es interesante, por eso el nombre de este extracto: “Laura Holmes”.
Sigue la trama de esta historia y prepárate para verla nacer a la realidad.
Melissa Guardia.
Autora de la novela: “Tentación, Color Esmeralda”.
Panamá, Panamá.
Extracto No. 4: LAURA HOLMES.
-Laura: No sé qué tan peligroso resulta destapar esta interrogante, pero necesito saber su opinión, señora Morris. Ésta fotografía muestra a Don Nicanor en compañía de sus socios, entre ellos su esposo. Investigué acerca de los miembros de la junta directiva de la primera empresa que fundó el señor De la Vega. El señor William Morris, su esposo, ocupó la sub-gerencia por varios años, hasta que murió Don Nicanor y se cambió el nombre de GEMAS GENERACIÓN ROSALES DE LA VEGA, S.A. a GEMAS GENERACIÓN ROSALES, S.A.
-Señora Morris: Veo que está muy bien informada del asunto, señorita Gómez.
-Laura: Llámeme Laura.
-Señora Morris: Entonces, llámame “Elena”, déjeme lo de señora Morris para otra ocasión. Laura, así sucedieron las cosas; cuando murió Nicanor mi esposo William, no quiso saber nada de trabajar junto a Fabriciano Rosales, no confiaba en ese hombre.
-Laura: ¿Y por qué no confiaba en Don Fabriciano?
-Sra. Morris: Por qué más va a ser, por bandido, por sinvergüenza, por ser un tipo de cuentas arregladas, de malas compañías. Nicanor tenía que dejarlo trabajar en la administración de “La Próspera” para complacer a su hija Nidia; además, porque el hombre sabía de minas, ¡pero por más nada! Fabriciano hizo dinero durante el tiempo que se encargó de esas faenas, por lo que le pagaba Nicanor por hacer ese trabajo, por la plata que le daba Nidia para que no se le fuera con el primer par de pechos que pudiera atravesársele y por asociaciones no tan “limpias” que hizo.
-Laura: ¿Con quién hizo Don Fabriciano esas asociaciones no tan limpias?
-Sra. Morris: Con negociantes clandestinos de esmeraldas, imagínate que el que es hoy día su abogado, era un comerciante contrabandista que Fabriciano conoció en sus tiempos de minero. Ese hombre le daba unos cuántos reales al “Rosales” para que le sacara clandestinamente esmeraldas de la mina que él pudiera vender en el mercado negro de piedras preciosas.
Uno de los detalles que me gustan de la trama de la novela “Tentación, Color Esmeralda”, es la amistad entre la protagonista Laura Gómez y la señora Elena viuda de Morris, casada con el socio inglés del abuelo del protagonista: Don Nicanor De la Vega. Laura en la vida de Doña Elena, se permite demostrar su faceta detectivesca, lo cual siempre es interesante, por eso el nombre de este extracto: “Laura Holmes”.
Sigue la trama de esta historia y prepárate para verla nacer a la realidad.
Melissa Guardia.
Autora de la novela: “Tentación, Color Esmeralda”.
Panamá, Panamá.
Extracto No. 4: LAURA HOLMES.
-Laura: No sé qué tan peligroso resulta destapar esta interrogante, pero necesito saber su opinión, señora Morris. Ésta fotografía muestra a Don Nicanor en compañía de sus socios, entre ellos su esposo. Investigué acerca de los miembros de la junta directiva de la primera empresa que fundó el señor De la Vega. El señor William Morris, su esposo, ocupó la sub-gerencia por varios años, hasta que murió Don Nicanor y se cambió el nombre de GEMAS GENERACIÓN ROSALES DE LA VEGA, S.A. a GEMAS GENERACIÓN ROSALES, S.A.
-Señora Morris: Veo que está muy bien informada del asunto, señorita Gómez.
-Laura: Llámeme Laura.
-Señora Morris: Entonces, llámame “Elena”, déjeme lo de señora Morris para otra ocasión. Laura, así sucedieron las cosas; cuando murió Nicanor mi esposo William, no quiso saber nada de trabajar junto a Fabriciano Rosales, no confiaba en ese hombre.
-Laura: ¿Y por qué no confiaba en Don Fabriciano?
-Sra. Morris: Por qué más va a ser, por bandido, por sinvergüenza, por ser un tipo de cuentas arregladas, de malas compañías. Nicanor tenía que dejarlo trabajar en la administración de “La Próspera” para complacer a su hija Nidia; además, porque el hombre sabía de minas, ¡pero por más nada! Fabriciano hizo dinero durante el tiempo que se encargó de esas faenas, por lo que le pagaba Nicanor por hacer ese trabajo, por la plata que le daba Nidia para que no se le fuera con el primer par de pechos que pudiera atravesársele y por asociaciones no tan “limpias” que hizo.
-Laura: ¿Con quién hizo Don Fabriciano esas asociaciones no tan limpias?
-Sra. Morris: Con negociantes clandestinos de esmeraldas, imagínate que el que es hoy día su abogado, era un comerciante contrabandista que Fabriciano conoció en sus tiempos de minero. Ese hombre le daba unos cuántos reales al “Rosales” para que le sacara clandestinamente esmeraldas de la mina que él pudiera vender en el mercado negro de piedras preciosas.
Continuará.....
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