jueves, 24 de diciembre de 2009

Extracto No. 5: EL MOMENTO MÁS ESPERADO.


Extracto No. 5: “Novela Tentación, Color Esmeralda”.

Estamos en Navidad, el momento en que todos necesitamos sentirnos de una manera especial y en la que tradicionalmente, hasta las cosas más inverosímiles y difíciles pueden encontrar su feliz desenlace. Como un regalo de estas fiestas, el extracto No. 5 sólo puede tratarse de una cosa: Un reencuentro entre quiénes más que los protagonistas: Laura y César.

Que lo disfruten y felices fiestas.

Melissa Guardia.
Autora de la novela “Tentación, color esmeralda”.
Panamá, Panamá.

Extracto No. 5: EL MOMENTO MÁS ESPERADO.

Zona esmeraldífera-Mina La Próspera.

Laura llega en una camioneta a las inmediaciones de la mina La Próspera. El chofer del auto le dice:

-Chofer: Señora de Rosales, hasta aquí la puedo dejar, porque la gente que no trabaja en la mina sólo puede llegar hasta esta parte en auto.

-Laura: Lo sé, por eso voy a ir hasta la mina a pie.

-Chofer: ¡No, mi señora, no puedo permitir que usted haga eso, es muy peligroso; qué tal que le suceda algo!

-Laura: No se preocupe, yo he caminado hacia la mina antes, vestida de una manera menos apropiada para el terreno y sobreviví.

-Chofer: Pues por lo menos déjeme acompañarla hasta las inmediaciones de La Próspera, señora.

-Laura: Gracias por su amabilidad, pero como le dije, yo he caminado por aquí antes, ya me conozco la ruta.

-Chofer: De todas formas, la acompaño por cualquier cosa que necesite.

-Laura: Está bien.........

Laura y el chofer se bajan del auto rumbo a la mina.


Zona esmeraldífera-Restaurante de Don Pascual.

César llega hasta el restaurante de Don Pascual, donde esté le dice:

-Don Pascual: No, ingeniero, su esposa salió hace unos minutos de aquí, se fue a buscarlo a la mina.

-César: ¡Que Laura se fue a buscarme a La Próspera!

Zona esmeraldífera-Mina La Próspera.

Laura y el chofer con mucho cuidado llegan hasta una ladera de la mina, donde se encuentran con el ingeniero encargado; Carlos.

-Carlos: Buenas tardes.....

-Laura: Buenas tardes, ingeniero, venía en busca de mi esposo, el ingeniero Rosales. ¿Será que él se encuentra?

-Carlos: No, señora, él salió de la caseta de trabajo para ir a buscar a alguien que le va a colaborar con los problemas de La Próspera; por lo menos eso fue lo que me dijeron un grupo de mineros que lo vieron salir.

-Laura: ¿Y alguien sabrá quién es esa persona a la que fue buscar César, dónde vive, dónde se le puede encontrar?

-Carlos: No, señora, lo que sucede es que nadie sabe a quién fue a buscar el ingeniero Rosales, todos nos estamos preguntando quién lo va a ayudar a encontrar las esmeraldas que no vemos por ninguna parte.

-Laura: Con que siguen los problemas en la mina, entonces.

-Carlos: Me temo que sí, la exploración del día de hoy también ha resultado infructuosa.

-Laura: No puede ser.......Ay, ojalá que esa persona que está buscando César lo ayude a terminar con esto.

-Chofer: Señora, ya que su esposo no está, mejor es que se regrese a la hacienda “La Esmeraldera”, este sitio no es seguro para una dama.

-Carlos: Sí, es lo mejor, señora de Rosales. Yo le informo al ingeniero que usted estuvo por aquí buscándolo.

-Laura: Muchas gracias, ingeniero y suerte con lo de la mina.

-Carlos: Gracias a usted.

Laura y el chofer se retiran para salir de la mina.

Minutos después, César llega en su camioneta a las inmediaciones de la mina y camina rápidamente hacia el ingeniero Carlos.

-César: Carlos, ¿has visto a mi esposa?

-Carlos: Sí, sí, estuvo hace unos minutos aquí en la mina preguntando por usted, pero como no se encontraba, se fue junto con el chofer de la hacienda que la trajo hasta acá.

-César: No puede ser, yo necesitaba hablar con ella de una vez......

-Carlos: Pero puede ser que la alcance, ingeniero, porque salieron hace unos minutos como le dije y mientras caminaban de la mina hasta su auto; puede que no lleven mucha ventaja en el camino.

-César: Tienes razón......Voy a ir a alcanzarlos......

César sale corriendo de vuelta a su auto.

Laura en la camioneta de la hacienda La Esmeraldera, comentaba en voz alta sobre el paradero de César.

-Laura: Pero a dónde habrá ido, César, quién es esa persona que lo va a ayudar con los problemas de la mina.

-Chofer: No sé, señora, pero ojalá que le dé una solución, porque todo el pueblo está en espera que La Próspera deje de llamarse La Pobre, como le apodan ahora que el diablo se mudó para allá.

-Laura: Ay no, señor, no diga eso, cómo va a decir que el diablo vive en la mina.

-Chofer: No sí ya se habrá mudado de la mina y la pobre ande medio confundida, pero le aseguro que cuando estaba el ingeniero Ernesto; hubo gente que hasta vio el diablo caminar por La Próspera en la noche. En el día también se escuchaban cosas raras, como unas risotadas en los túneles. Eso me dijo mi hermana que es esposa de un minero.

-Laura: Mire, no sé si la presencia de Ernesto en una mina que no le pertenecía causó ese problema, pero ahora que La Próspera está en manos de su verdadero dueño; las cosas van a cambiar.

Detrás de la camioneta, apareció la camioneta de César, quien hizo señas y usó la bocina del auto para hacerse notar.

-Laura: Hay un auto que está como tratando de rebasarnos........

El chofer mira por su lente retrovisor y se da cuenta que se trataba del auto de César.

-Chofer: Es la camioneta que está usando hoy el ingeniero Rosales, señora.

Laura se da media vuelta para ver por el vidrio trasero de la camioneta, el auto de César.

-Laura: ¡César!

Las camionetas donde iban respectivamente Laura y César se estacionan a un lado de las calles del pueblo. Rápidamente, tanto Laura, como César, se bajan de dichos autos para finalmente llegar a ese esperado reencuentro. Corrieron ambos el uno hacia el otro, como si no se hubieran visto en años, se abrazaron y besaron; dejando a un lado aquella distancia que la tentación había puesto entre ellos.

-Laura: ¡César!

-César: ¡Laura!

-Laura: ¡Por fin te encuentro!

-César: ¡Lo mismo digo!

Continuará.......




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